miércoles, 10 de noviembre de 2010

sueño

Como las frias ramas de arboles sin hojas
por la noche
entre su vientre frio nos acojen
y despesperamos
de conseguir agarrar con las manos
algo que nos de un nombre
y en sus garras nos adormilamos
y sentimos el frio de su reproche
oh mundo,
oh noche del augurio
permiteme al menos
soñar a gusto
que no vengan a recordarme
dias claros con voces de diamante
llamando
a mi alma por el suelo
que las glorias pasadas
no elevan montañas
que en lo profundo del sueño
no se alcanza el destino
reservado
a los de la pupila de dia claro.

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